Cuando me mudé a Finlandia, me llamó la atención un adorno de Navidad de un pajarito gris con el pecho rojo y la cabecita negra. Me dijeron que era un camachuelo y que los camachuelos eran aves muy queridas en Finlandia.
También recuerdo que cuando mis hijos eran muy pequeños leíamos un cuento de un niño que al despertarse en la mañana de Navidad miraba dos manzanas rojas en un árbol, pero que esas manzanas luego volaban. Resulta que no eran manzanas sino camachuelos.
Después de tantos años viviendo en Finlandia, he visto muchísimos camachuelos en el bosque y en mi patio. Cuando llega el invierno los camachuelos salen del bosque en busca de comida y, con la blanca nieve de fondo, son impresionantes. Tan impresionantes como en una bella tarjeta de Navidad.
Hoy tuve la dicha de ver muchas aves porque los vecinos han puesto un comedor para pájaros. Como ya he escrito hace un tiempo, los pajaritos necesitan buena alimentación para sobrevivir el frío invierno. Justo cerca de este comedor vi los pajaritos de las fotos siguientes.
Fotografiar aves es muy difícil porque cuando piensas que estás lista para hacer la fotografía de tu vida, el pajarito ya ha volado a otra rama o a otro árbol. Quizá por ese gran reto de la fotografía de pajaritos, salgo al bosque con mi cámara y con la mente abierta a lo que venga.
Hoy también vi una parvada de unos 10 camachuelos, pero estos fueron los últimos que se quedaron en ese árbol.
Vale destacar que en Finlandia hay por lo menos dos villancicos con temas de pajaritos. Uno de los villancicos se basa en un poema del gran escritor Zacharias Topelius y se titula Un Gorrión en la Mañana de Navidad (Varpunen jouluaamuna, en finés). Este poema fue escrito en 1859. Haz clic aquí para ir a escuchar a Youtube.
El otro villancico es de otro poema del mismo Zacharias Topelius y se titula El Villancico de Sylvia, (Sylvian joululaulu, en finés). Este poema es aún más viejo, del año 1853. Sylvia no es una mujer sino una curruca capirotada (Sylvia atricapilla). Si quieres escucharlo, haz clic aquí. Como puedes escuchar, los villancicos suelen ser melancólicos.