La ciudad de Tampere fue fundada por el Rey Gustavo III de Suecia el 1 de octubre de 1779, en los terrenos de la entonces Mansión de Tammerkoski. Esta mansión estaba situada justo al lado del rápido llamado ”Tammerkoski”, que une los dos lagos (Näsijärvi y Pyhäjärvi).
Para mi dicha, tuve la oportunidad de ir otra vez a Tampere. Cuando he ido, he publicado algunas fotos en este diario. En esta ocasión, pasé más tiempo en la ciudad que en las veces anteriores, pero lamentablemente en las horas que tenía libre para andar en la ciudad, empezó a llover y tuve que correr al hotel.
Antes de la lluvia pasé por la Catedral de Tampere porque quería ver los famosos frescos del gran artista finlandés Hugo Simberg, pero la catedral estaba cerrada. La catedral fue diseñada por Lars Sonck. La catedral es definida como un ejemplo del romanticismo nacional. En la página de Wikipedia en finés hay fotos del interior de la catedral. Esta cataedral y sus alrededores es como salida de un cuento de hadas.
Cerca de la catedral hay otros edificios interesantes, como este bloque de viviendas con un curioso mural.
De la catedral bajé hacia el rápido y quizá a una de las zonas más hermosas de la ciudad. Los edificios y chimneneas de las antiguas fábricas te hacen biajar a otra época y nos muestra indicios de la trayectoria industrial y obrera de la ciudad. Toda esa zona está ahora muy bien cuidada. Digo que ahora porque en los años 90 viví en Tampere y la zona no era tan hermosa y limpia como ahora.
También la avenida principal de Tampere, la famosa ”Hämeenkatu” ha cambiado muchísimo y por una muy buena razón: Tampere mejora su red de transporte público incorporando tranvías. En Hämeenkatu ya se han construido las líneas de tranvía y toda la calle se ve diferente y luminosa.
Acabo de leer que se preveé que el tranvía empiece a funcionar en agosto del año 2021. Debido a esta gran obra, las estatuas del escultor Wäinö Aaltonen, que han permanecido en el puente de Hämeenkatu desde hace 100 años volverán a su sitio hasta el año próximo, con la apertura del tranvía. Las siluetas de las cuatro estatuas son un referente de la ciudad.
En la calles de Tampere el tiempo se esfuma como las espumas de su imponente rápido ”Tammerkoski”.