En mi casa hay un rincón muy especial porque siempre que por la tardes y noches me siento a ver la tele o a charlar con mi familia y veo por los ventanales lo que pasa fuera, veo un bello paisaje. El paisaje cambia con la estaciones del año. Al fondo hay un bosque de abedules y, en las tardes de verano cuando el sol baja, pinta los troncos de abedules con su luz tenue y dorada.
Veo esos abedules dorados solamente durante las tardes soleadas de verano y no son muchas.
Los atardeceres de junio, julio y agosto son maravillosos. No sé si es por estar tan al norte y la inclinación de la luz solar es otra, pero hemos visto atarceres impresionantes.
Ya he dicho varias veces que la naturaleza te regala muchas experiencias incomparables. Puedes vivirlas si te maravillas de la belleza natural que tienes ante tus sentidos.