Descubriendo Finlandia

Sobre diferentes temas de la actualidad, la cultura, literatura, arte, naturaleza y estilo de la gente de este país al que los finlandeses llaman en su lengua materna SUOMI.


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De visita a un hogar finlandés

Motivada por la buena popularidad del corto escrito sobre «el sisu» finlandés, se me ocurrió hace unos días escribir sobre las costumbres de visitas en Finlandia. Es bueno saber lo que nos espera para evitar eso de «meter la pata».

Como los mejores especialistas del tema son los mismos finlandeses, pregunté en mi diario Tribuutti, en finlandés, al respecto y ha sido muy satisfactorio haber recibido muchas respuestas. Aquí en este escrito he incluido algunas de las opiniones recibidas. Mi agradecimiento a todas las personas que han colaborado con este escrito.

En muchos países hispanohablantes, cuando alguien nos visita a nuestra casa, solemos decirle: – Pase, entre, acomódese, póngase a gusto, siéntase como en casa. El visitante entra se sienta en el sofá o en una silla, luego le ofrecemos algo de beber o de comer y charlamos.

Puerta

En Finlandia, es muy buena costumbre que cuando alguien llega de visita, claro está que, le damos unas palabras cordiales de bienvenida a nuestra casa y dejamos que se quite los zapatos y los abrigos.

Eso de quitarse los zapatos es una tradición sana y muy agradable. El que llega respeta la limpieza de los espacios interiores y, sin duda alguna, ahorra tiempo porque no hace falta limpiar todo el tiempo. También influye en la salud y comodidad del hogar.

Luego el o la visitante no se sienta inmediatamente porque el anfitrión o la anfitriona suele preguntar si quiere ver la casa. A esto los finlandeses llaman de manera jocosa como «tupatarkastus», algo así como revisión de «la cabaña». Lo normal es responder afirmativamente y mostrar interés. Luego se pasa revista a todo el local, excepto los armarios y no por guardar secretos, porque secretos no se guardaan aquí, sino por privacidad.

Podría pensarse que las visitas suelen acordarse en persona o por teléfono y que casi nunca o, más bien nunca, se va de visita sin una invitación previa con fecha y hora indicada. No es así porque existen diferencias regionales. En el norte del país, por ejemplo, se suele llegar de imprevisto. En ese caso, no se espera, que la casa esté en el mejor estado para recibirnos. Como en Finlandia las distencias suelen ser largas, muchos visitantes se quedan a dormir. Me contaban que muchos visitantes suelen llevar su ropa de cama para que los anfitriones no tengan que pasar trabajo cambiando ropa de cama y lavando ropa. En este sentido hay gente que es muy cuidadosa y lo común es que entre el visitante y el anfitrión o/y la anfitriona existan muy afables discrepancias para decidir qué ropa de cama se usará.

Elle Marketta Lazarov afirma: «Nosostros los finlandeses pensamos frecuentemente que no queremos causar molestias y eso frena la cultura de visitas espontánea y alegre. Cuando se llama por teléfono a alguien, suele preguntarse: «Llamo en mal momento?».»

También en Finlandia a los y las visitantes se les ofrece lo mejor de las bebidas y comidas disponibles. Lo normal es sentarse a la mesa a comer juntos. He leido que lo normal es que en España el visitante se niegue, por cortesía, varias veces a comer o beber algo y no porque no tenga hambre o sed. En Finlandia, lo difícil es, a veces, lograr que los invitados vayan a la mesa. Hay que insistir.

En las grandes fiestas familiares lo que se ofrece es servido en grandes mesas, como la llamada mesa sueca (debería ser mesa finlandesa), y lo típico es que nadie quiera ser el primero en servirse comida y bebida.

Dice Tuomo Kokko en mi diario Tribuutti que incluso existe el dicho: «El café frío embellece.» Es que el café suele servirse listo en las tazas y se enfría si la espera se prolonga. Por su parte, Brita Ahola, escribe que ella aprendió ya de pequeña que primero los invitados de mayor edad y grado se acercan a la mesa y luego los demás invitados, siendo los hombres los últimos en servirse ellos mismos.

Las visitas no son eternas sino suelen ser cortas porque el anfitrión o la anfitriona tendrán más cosas que hacer. Si al momento de la invitación no se ha acordado la duración de la visita, es cortés después de una hora o dos decir que ya uno se va pronto. El anfitrión o anfitriona dirá si uno puede quedarse más tiempo.

La tranquilidad en las visitas es la mejor garantía para volver a ser invitado y para que nazca una buena relación amistosa. No obstante, el que hayas sido invitado, es un buen signo de amistad.

Además, en Finlandia, si alguien te invita a su casa, el que invita no espera que tú le invites a la tuya.

Como en Finlandia la costumbre de ir de tapas o a sentarse a un café con los amigos no es aún muy general, como en España, la cultura de las visitas es muy viva, versátil y rica.

Tulipanes

Claro que las flores de temporada son un buen regalo para llevar cuando uno va de visita. Ahora mismo es la época de los bellos  tulipanes.